Si tuviera que elegir mis tres pintores o ilustradores favoritos de la historia, uno sería Gary Baseman.
Baseman es uno de los estandartes de la nueva ilustración americana, sus personajes son parte de una mente privilegiada, llena de criaturas imaginarias, fantasmas y surrealismo mágico. Baseman es ahora un exitoso ilustrador, hace portadas para Time, The New Yorker y su serie para Disney Teacher´s Pet recibió cientos de premios. Él sigue a lo suyo, dibujando en donde puede, subiendo a Instagram sus dibujos en servilletas, haciendo expos por todo el planeta y sacando libros loquísimos. Es un icono del pop moderno. Baseman es además un pintor cotizadísimo. Su obra original está por las nubes e incluso sus prints son piezas buscadísimas y no son precisamente baratos. Baseman acaba de lanzar una campaña de crowdfunding, busca fondos para financiar un documental sobre la figura de su padre, judío que esquivó dos veces la muerte en campos de concentración nazis, seguro que es un exitazo.
Por si alguien no lo sabe las campañas de crowdfunding se financian a través de recompensas que compran los fans. En este proyecto las recompensas son muuuuuy jevis. Si quieren invertir pásense por ahí. Prints originales, un print compartido con Shepard Fairey, el famoso muñeco Toby a un precio 10 veces inferior a las pocas copias que se ven por Ebay y un sinfín de «harte» chalado.
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