20 años después: GRAUZONE «Esibær»
El azar quiso que aquel niño risueño y gracioso que fascinaba con su simpatía a todos los porteros del barrio —¿qué habrá sido de ellos?—, que coleccionaba compulsivamente todos los fascículos (y hermosas diapositivas) de Jacques-Yves Cousteau, se convirtiera en un agrio y adusto adolescente de pálido semblante. Abandonaría definitivamente la niñez el día en…